Permite emplear un corazón de animal en un paciente mortal.
Es la compañía responsable de suministrar un corazón porcino para la cirugía de David Bennett, de 57 años, el primer hombre que vive gracias a un órgano animal. Además, la empresa ofrece en su catálago riñones y pulmones. Esta es la historia.
Blacksburg es una ciudad pequeña del estado de Virginia, al sureste de EEUU. Una localidad conocida por albergar el Instituto Politécnico y la Universidad Estatal de Virginia. En este reconocido entorno tecnológico tiene su sede Revivicor, la empresa que se dedica a la crianza de ganado porcino responsable de suministrar el primer corazón de cerdo para un trasplante a un humano.
Una revolución médica histórica que ahora ha dado la vuelta al mundo. El receptor ha sido David Bennett, de 57 años, con una enfermedad cardíaca terminal. Un hombre que, un día antes de entrar en el quirófano, se enfrentaba así a la muerte: "Quiero vivir. Sé que es un tiro en la oscuridad, pero es mi última opción". Su última opción era un corazón de porcino de Revivicor. Para mayor exactitud, un xenocorazón. Desde la compañía de Virginia, en un mensaje de transparencia, aclaran que estos órganos "son corazones de cerdo modificados genéticamente, que proporcionan una solución de trasplante de corazón para una enfermedad cardíaca en etapa terminal".
El nuevo corazón de Bennett tiene nombre. Se llama UHeart. Le fue trasplantado en el Centro Médico de la Universidad de Maryland el 7 de enero. Es producto de esta compañía experta en medicina regenerativa. Además de xenocoraxones, ofrece en su catálago xenoriñones, lóbulos pulmonares y pulmones. Cada órgano tiene su propio nombre: Ukidney, ULobe y ULung.
La empresa cuenta con cinco plataformas terapéuticas, "diseñadas para abordar las necesidades insatisfechas de los pacientes que viven con una enfermedad de órganos en etapa terminal". Entre estas plataformas destaca una denominada "fabricación de órganos".
La FDA aprobó este órgano como uso compasivo
En el modelo que lleva Bennett, reza la leyenda "producto en etapa de desarrollo, que no está aprobado para la venta en ninguna jurisdicción". En la web oficial se lee que este órgano se encuentra en fase preclínica. Sin embargo, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), aprobó una autorización de emergencia para llevar a cabo la cirugía. La FDA recurrió a una disposición de acceso ampliado conocida como uso compasivo. Esta opción permite emplear un producto en fase experimental, como un corazón de cerdo para un paciente con una enfermedad mortal.
Al mando de esta compañía está la empresaria Martine Rothblatt, CEO de United Therapeutics. En 1996 Rothblatt fundó United Therapeutics para dar respuesta a la enfermedad grave que sufría su hija, una hipertensión pulmonar arterial. En 2011 adquirió Revivicor por siete millones de euros. La ejecutiva, una mujer trans, activista de los derechos trans, cofundó Terasem, una fundación que emplea la tecnología para la mejora y la extensión de la vida humana.
Revivicor es la primera biotecnológica y farmacéutica que cotiza en bolsa, que cuenta con un propósito de beneficio público (PBC): promete un futuro mejor a los pacientes, gracias a las nuevos fármacos y, sobre todo, la disponibilidad de órganos trasplantables; también, beneficios a los accionistas y, además, emplea energía sostenible. Toda una revolución en el campo de la biomedicina que ha comenzado 2022 con la histórica operación de Bennett (en la foto inferior, con sus hijos, David Jr. y Nicole).
Para preparar la cirugía de ocho horas, fueron modificados diez genes del órgano porcino. Uno, responsable controlar el crecimiento del cerdo y sus órganos, se eliminó. Además, se insertaron seis genes humanos.
Un "hito médico en el campo de los trasplantes", declaró con orgullo la Dra. Christine Lau, jefa del Servicio de Cirugía del Centro Médico de la Universidad de Maryland, en una entrevista a la cadena CNN: "El hecho de que podamos tomar un corazón de cerdo modificado genéticamente e introducirlo dentro de un ser humano y salvarle la vida es algo con lo que soñábamos hace 25 años".
"Algunos órganos de origen animal pueden ser tratados y comercializados básicamente como si fueran un medicamento". Toda una declaración de intenciones del director del Programa de Trasplante Cardíaco y Pulmonar del Hospital Universidad de Maryland, el Dr. Bartley P. Griffith, que apunta hacia dónde se dirige la tecnología, al servicio de la ciencia y la medicina.
Escrito y publicado por: Ana Gómez Viñas | ElEconomista
Enero 13, 2022
Enlace original:https://www.eleconomista.es/actualidad/noticias/11562953/01/22/La-empresa-tecnologica-norteamericana-que-cria-cerdos-para-trasplantes-a-humanos.html
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